Blablerías Nº 17 - Abril 2016 | Page 14

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Senderos

de cuentos

Si llegás a la Reserva Ecológica Costanera Sur, en Buenos Aires, alguien te puede contar:

“El lugar tiene 350 hectáreas y es una zona de humedales de importancia internacional por lo que fue incluida en la lista RAMSAR en el año 2005. Hay bañados, lagunas, pastizales, matorrales y bosques que albergan desde más de doscientas especies de aves hasta cincuenta de mariposas. También se pueden encontrar coipos o nutrias, lagartos overos, roedores silvestres y comadrejas. Además de esta visita que estás haciendo podés conocer el vivero, realizar avistamiento de aves, andar en bici, correr, y en las noches de luna llena, una vez al mes, caminar entre luciérnagas y cantos de aves nocturnas. Es un lugar único en Buenos Aires donde se trabaja con y para la preservación de la naturaleza.”

Pero también podés llegar a escuchar: “Había una vez…”

En este último caso, quizá hayas recibido estas palabras escritas como puerta a una nueva aventura:

"Los invito a caminar por la Reserva escuchando cuentos. El recorrido de cuatro kilómetros atraviesa diferentes lugares que son únicos por su biodiversidad. En dos horas caminaremos rodeados de pastizales y habremos pasado por un paisaje donde apreciaremos el contraste entre una gran ciudad y un área natural. ¡Y también visitaremos un bosque de alisos! Haremos paradas para escuchar cuentos y disfrutar de la desconexión virtual, para dar la bienvenida a una conexión más terrenal, más humana y con más vida."

Hay dos historias en esta invitación.

Te cuento la mía:

Fui Guardaparque Nacional y, como tal, estuve en territorios de nuestro país con una belleza natural impactante, pero también de una crudeza social intensa. Como egresado de la primera promoción en democracia, tenía mi corazón puesto en la ecología social. En cuanto a la ecología a ultranza, para mí era un laberinto paradójico sin horizonte, más que un postulado teórico aceptable. Fue entonces, en ese extraño vaivén de trapecista, que un salto de la vida me llevó con mis vecinos wichís. No sé cómo, pero ahí estaba yo participando de una ronda de jawelek con narraciones de tradición oral y traductor incluido. Ahí empezó, para mí, la magia de los cuentos. Y en mis venas de guardaparque, además de fluir la lucha por el verde, brotó la semilla del narrador. Hay cuentos maravillosos, que tanto o más que un concepto ecológico, nos llevan hacia una hermandad entre nosotros y con la naturaleza. Por eso no es tan difícil entender por qué dejé Parques Nacionales para estar en la Reserva Ecológica Costanera Sur, recibiendo visitas, guiándolas y contándoles cuentos.

Y acá la otra historia:

Unos cuántos años atrás, mientras yo tenía mi jawelek, una persona, que trabajaba en la Reserva como guía-intérprete, entendió lo mismo sin tanto vaivén de trapecista: comprendió la conexión del ser humano con el ambiente natural a través de los cuentos. Me refiero a Marita von Saltzen.

Hoy, que sigo andando por sus huellas, no puedo dejar de sonreír al saber que también estoy escribiendo todo esto en BlaBlerías, una revista tan querida por tanta gente. Y sí, aquí siguen la magia, los senderos y las historias.

Frecuencia: 3er domingo de cada mes, a las 10:00

Entrada gratuita.

Llevar ropa cómoda, calzado cerrado, sombrero o

gorra, agua y repelente de mosquitos.

Entrada: cerca de la fuente de Las Nereidas.

Inscripción (nombre y apellido, teléfono y mail):

[email protected]

por Alejandro Ayala

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Experiencia

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