Blablerías N°3 - Abril 2013 | Page 9

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Los pequeños en

la Narración Oral

l género de minificción tiene posibilidades infinitas. Se roza con la

poesía, el juego, el ensayo, la necesidad de dar cuenta de un pensamiento

filosófico o político. 

Nunca se podrá saber si la capacidad de síntesis o la de decir mucho en pocas líneas tiene que ver con cierta búsqueda de la perfección del silencio, con una manera de abrir el texto a varios sentidos, o es simplemente una forma de la pereza.

Los chiquitos, los minis, son muy recomendables en la narración oral cuando recién se comienza, ya que, si va bien, deja con ganas, y si no, al menos se termina pronto. Se puede organizar en módulos de varios sobre un tema. Se puede abrir o cerrar una función con ellos.

También, cuando se cuenta con otro u otros, pueden tener un efecto de rápidos disparos de palabras, que se completan como un duelo o un acople. Nadie se revuelve en la silla, ni mira el reloj al escuchar el dinosauro de Monterroso que, con sus pocas líneas, ha dado muchos frutos: cuentos, libros dedicados, etc.: “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”.

Como Monterroso  era pequeño de estatura. uno se podría preguntar si hay alguna influencia de la anatomía en el destino de la literatura. Esa duda surge desde mi propio amor por los textos breves. Si fuera una investigación, ya tenemos dos casos.

Este género cobija muy bien el humor que es capaz de dar vuelta las  cosas. El humor tiene  la capacidad de ser subversivo; le sienta bien la brevedad.

ALGUNOS MINIS

Ella no era atea de maravillas por Cristina Villanueva

Ella frota la maravillosa lámpara. Surge un genio alto y fuerte que se tiende a su lado, se expande para olvidar la estrechez en que estuvo guardado tanto tiempo, la roza apenas en mil y una formas, y le dice:

—No te preocupes tanto en pensar los deseos. Esta vez, van a ser más de tres.

Asuntos pendientes por Marita von Saltzen

Él le dijo que había asuntos pendientes que debían tratar.

Cuando ella vio los asuntos que pendían, los trató con mucho cariño.

Aves por Luis Gazzola

Como un águila, divisó a la distancia su rostro de líneas perfectas. Se le acercó sabiéndose ganador, como un pavo real.

Como una cotorra, chilló cosas sin sentido entre la música ruidosa del lugar. En la pista bailó y revoloteó como un palomo en celo. Con la atención de un búho escuchó sus  historias en el parque. La enamoró con sus ojos de gavilán. Sorbió como un  colibrí el néctar de su cariño. 

Y como hacen los hombres, después de obtener lo que quería, levantó  vuelo. 

E

Narración

para leer

por Cristina Villanueva

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