Blablerías N°16 - Noviembre 2015 | Page 11

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Todo y más fue este Oíd Mortales: la voluntad de muchos en pos de un sueño de patria grande, cuentera, comunitaria, que desde el corazón de la República Argentina, en Córdoba, abre los brazos para que el mundo entero oiga.

Mientras más camino por los senderos que el mundo de la narración oral me propone, más valor les doy a estas actividades entre cuenteros. En ellas queda claro el compromiso que cada uno tiene con esta bendita profesión que le da prioridad a la palabra y que abraza esta vocación humana de mirarnos a los ojos, para encontrarnos en el otro como un designio sagrado, una y otra vez y por los siglos de los siglos.

Tres minutos desde el comienzo del cuento y suena la corneta en manos de Santiago Arraya. Diez segundos después, aparece el temido Colorín Colorado, todo colorado de la cabeza a los pies, envuelto en su capa colorada. Se arrastra, gatea, salta, se pone cabeza abajo, mira fijamente por delante, se apoya en el hombro del que cuenta, revolea la capa, empuja, tira del talón… Entonces el narrador debe terminar el cuento porque lo apuran las artimañas del personaje, y porque el público ya ha dividido su atención entre la historia y el simpatiquísimo y ágil Colorín. Algunos lo incorporan al final, otros huyen de él mientras siguen contando y hasta hubo una narradora que saltó del escenario para escapar del inexorable final de todos los relatos.

Fueron dos los días en que el narrador Marcelo Guerrero le dio vida al Colorín Colorado. Y se notó que, en el segundo de esos días, los cuentos fueron más cortos. Marcelo demostró su creatividad, su histrionismo, su agilidad y su talento, pero también su calidad humana ante los cuenteros con menos experiencia.

Todos sabemos de la magia del “Había una vez…”. En este encuentro, descubrimos, entre risas y aplausos, la magia del “Colorín Colorado”.

Marita von Saltzen

MICROPUESTAS GRUPALES

Desde la escuela que dirijo

desde 2008 (Dicho y Hecho con

Rubén López), desde 2012 transformada en Escuela de Cuentería NaRRaCuenToS con César Vargas y Eduardo Chaves, venimos haciendo un trabajo profundo y sostenido para presentar a un gran número de cuenteros en pocos minutos; ellos narran micro- ficciones dentro del marco de una coreografía específica.

Estos "cuadros grupales” funcionan como verdaderas máquinas de contar, cada una con distintos sistemas, temáticas, tiempos predeterminados, etc.

De esta manera, comprobamos no solo que noventa cuenteros pueden ser escuchados en treinta minutos, sino también que contar corto es muy difícil; elegir microrrelatos de peso es cosa seria; coordinarse los unos con los otros, grupalmente, no es trabajo liviano; ser original a la hora de idear los mecanismos de las distintas máquinas de contar es para gente creativa.

REVELACIÓN

OÍD MORTALES

2015

Encuentro