Blablerías N°14 - Abril 2015 | Page 17

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Entrevista

para leer

por Alejandra Oliver Gulle

A.O.G.: Estoy aquí, frente a Iris, quien me está contando apasionadamente este proyecto suyo que se llama RUEDA CUENTERA. Me dice:

I.M.: Antes, como rumiando el pasado, debajo de ese árbol con techo de cielo, cuando nuestros mayores nos contaban historias, resucitaban amores, miedos, desencantos, dramas, “desopilancias”, misterios... Estos instantes se desarrollaban con la misma naturalidad con que uno respira; simplemente fluían sin filtros. Seguramente algún guardián de la palabra en la familia se encargaba de desandar vida hecha, trama de decires, para degustarla mejor.

A.O.G.: Yo la miro y me encandilan sus ojos grandes, agigantados aún más cuando habla de lo que adora:

I.M.: Hemos transitado muchos espacios, muchos tiempos, y después sobrevino el olvido. Y fue en este contexto de urgencias que el jueves 5 de setiembre de 2013 nació en Río IV, Córdoba, Argentina, la Rueda Cuentera, un espacio público, comunitario, horizontal y gratuito, donde la palabra circula “porque sí”. No es un taller, tampoco un grupo de autoayuda. No están el que sabe y el que no sabe. Simplemente nos reunimos en círculo como nuestros ancestros, mate de por medio, para que la belleza de la palabra nos mime, nos nutra, nos repare. Aquí dejamos los mandatos y los corsés, en la vereda.

El requisito fundamental es ser humanos. Es desde esa condición natural que confluimos en un círculo y nos abrazamos con la mirada sumando mixturas. (Aún el espacio no está pensado para niños.) Todos tenemos el mismo derecho a decir la vida, así como a prestar nuestros oídos para escucharla.

A.O.G.: Iris, contame una anécdota de la Rueda.

I.M.: A veces nos pasa que se producen coincidencias increíbles; otras veces, somos testigos del descubrimiento de situaciones de amor o de vida que desconocíamos y salen a la luz de la mano de un poema o de un cuento. Tenemos el caso de una pareja de jovencitos que se enamoraron en el marco de uno de los Festivales Internacionales de Cuentacuentos y en una rueda salió a la luz que su hijito “Río” estaba en camino, gestándose. Todo se dio por el cuento de una de las mujeres de la Rueda que dijo: “No sé por qué, Analía, te estoy contando esta historia, pero siento que es para vos…”. Y Analía estaba embarazada y aún nadie lo sabía.

A.O.G.: Sé de tu especial cuidado para planificar actividades. ¿Cómo cierra este círculo mágico?

I.M.: Al finalizar nos aplaudimos, nos abrazamos y cada uno retoma su vida, renovados por una energía especial que nos confirma que “amanece y no es poco”, que la palabra no ha muerto, que nos sostiene desde lugares tan simples, sin almidón ni laca. Así: pura, diáfana, audaz, revolucionaria, emancipadora… tan simple como juntarse a contar el mundo.

Ella es Iris María. Recibió el premio otorgado por el Consejo Federal de Educación de "Buena Educadora de la Argentina 2014", un reconocimiento a treinta años de apasionada entrega como docente de nivel inicial y directora. Pero además es cuentera, una cuentera exquisita especializada en los más chicos, y formadora de futuros maestros en la Universidad Nacional de Río IV. Una enamorada de la literatura, de la palabra dicha y del poder que los cuentos tienen en el fortalecimiento de los lazos humanos. Una mujer que no se queda quieta, que hace durar un día como si fueran dos y que está en todas partes ayudando, ofreciendo su gesto de buena persona y de mujer mágica.

un día como si fueran dos y que está en todas partes ayudando, ofreciendo su gesto de buena persona y de mujer mágica.

contar el mundo