nos brindaron muchas y variadas ponencias. A la tarde, en la Casa de los Árabes se llevaron a cabo dos espectáculos: uno infantil, “De hadas, brujas, ogros y fantasías”, y otro para adultos, “Lo que Scheherezade no contó”. Por la noche, siguieron las historias en “Mojar la Palabra”, un bar de cuentos en el Café Madrigal.
El viernes siguieron las ponencias de LIJ. Por la tarde, la cita fue en la Casa de África, con dos eventos: el infantil, “De amor, de risa y de miedo”, y el de adultos, “Una voz, un continente”, en el cual las voces de argentinos y cubanos se unieron a las del coro cubano que nos eclipsó con sus melodías. El sábado 14, Día de los Enamorados y de la Amistad, terminaron las ponencias de LIJ y el Cuenta Habana. Como broche, un homenaje a Ivette Vian (Cuba) con una entrevista colectiva a cargo de Sergio Andricaín junto con Nersys Felipe, y un espectáculo musical protagonizado por niños cubanos. En el almuerzo compartimos risas, reflexiones, comentarios. Luego, un cafecito, una clase improvisada magistral de Osvaldo Pérez Peñalver y una cena compartida con todos los narradores, como para empezar a despedirnos.
Aprovechamos el domingo, día libre, para pasear y para ir al Mercado Artesanal en la Habana Vieja. Por la noche fue la cena de despedida en el Restaurant El Cochinito y el festejo del cumpleaños de Hugo. En los jardines del Hotel Nacional, respiramos los últimos aromas de la bahía de La Habana y pusimos todos los sentidos en nuestra amada Cuba. Hoy y siempre. La Cuba profunda. La Cuba mística. La Cuba que aprendimos a conocer de verdad. La Cuba que llevaremos por siempre en nuestros corazones.
Porque como cantaba Luis Aguilé:
“Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida, dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.”
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Cuando salí de Cuba
Luis Aguilé