Blablerías N°13 - Enero 2015 | Page 9

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Festival

por Rubén López

rubencuenta.blogspot.com

En este bonito camino de la Cuentería me he encontrado con cuenteros profesionales dueños de estilos muy distintos: los que cuentan con malabares o con trucos de magia, los que cuentan desde un personaje, con tapices, con libros, y hasta aquellos cuyos únicos recursos son el gesto y la voz. ¿Cuál es el secreto de estos cuenteros para generar la maravilla de hacer volar a un auditorio en las alas de sus historias?: la honestidad con que se entregan al público.

Espero seguir conociendo más y más cuenteros maravillosos. Mientras tanto, aprovecho este espacio para presentarles a unas cuenteras que ustedes merecen conocer: se trata de Magda Canales y Carmen Laborde o “Magdaluna y Carmensol”, de Rancagua y Coltauco, VI Región de Chile.

Conocí a Magda en el 2004, ya docente jubilada, cuando llegó al CEDILIJ, en Córdoba, a capacitarse en animación a la lectura, y se sumó al proyecto “Cuentos Mano a Mano”, narración bilingüe (español y LSA -Lengua de Señas Argentinas-). Por esos días, metida en las sierras de Córdoba, Magda vivenció la Cuentería, comprendió su importancia en lo social, lo comunitario y lo individual y decidió que quería ser cuentera. Regresó a Rancagua, sumó a Carmen en la loca idea de dedicarse a contar cuentos, y comenzaron a trabajar en cárceles, geriátricos, clínicas de salud mental, hospitales y, por supuesto, en escuelas, liceos, institutos de formación, etc.

No hay rincón de la VI Región que no conozca, quiera y admire a estas maravillosas cuenteras. Ellas motorizan desde 2010 el Festival bianual “En el corazón de Chile vive la palabra”, que cuenta con tres ediciones, recorre las tres provincias de la región y cuenta con el apoyo de los municipios y del Consejo de la Cultura del gobierno de Chile.

He tenido la suerte o el privilegio de participar en las tres ediciones y me emociona ver el crecimiento de este festival. Este año fuimos invitados Pía Córdova de Venezuela, Ányela Cuéllar de Colombia, Juanita Urrejola de México, Patricio Espinoza de Santiago de Chile. Por Argentina, fuimos Liliana Farfal, Hugo Chávez y Liliana Benites de Buenos Aires, y Jorge Ortiz, Daniel Sosa y yo de Córdoba. Mis palabras no pueden describir todo lo vivido con estos maravillosos y cálidos cuenteros profesionales. Solo puedo decir que fue muy grato y enriquecedor compartir y aprender con ellos.

Es importante para mí destacar el afecto con que Magda y Carmen ( y por extensión quienes las acompañan) son recibidas por docentes, estudiantes, directivos, autoridades comunales y municipales.

La ardua tarea que desempeñan sembrando lecturas literarias y narraciones en las escuelas es admirable y ha comenzado a dar sus frutos. Este 2015 proyectan en Rancagua y con apoyo municipal, una Clínica de Narración Oral abierta a la comunidad para el rescate de historias del patrimonio intangible, y la primera Escuela de Narración de la VI Región con sedes en las tres capitales de provincia: San Fernando, Rancagua y Pichilemu

Resumiendo: Magdaluna y Carmensol son dos cuenteras que trabajan, estudian, se forman, incorporan recursos, practican, gestionan, sueñan, deliran, disfrutan y sobre todas las cosas, han comprendido que contar es entregarse en cuerpo y alma a las historias; que contar es un acto de amor y que mientras más amor se da, más se tiene.

Ahora ya saben algo de ellas. Contágiense el entusiasmo de estas hermosas mujeres. Inspírense en ellas. Son un claro ejemplo de lo mucho que se puede hacer… contando.

ABRIENDO CAMINOS

A LOS CUENTOS

DESDE EL SUR DE CHILE