Blablerías N°13 - Enero 2015 | Page 12

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En 1922, pelotones del ejército argentino al mando del teniente coronel Varela recorrieron la Patagonia cazando huelguistas por orden del gobierno nacional. Los soldados habían demostrado ser "fuertes, duros y machos" y fusilaron sin asco a indefensos obreros gallegos, chilenos, polacos, rusos, alemanes, argentinos, por la osadía de pedir una cama limpia para pasar la noche, un paquete de velas y una jornada de descanso.

El "paternal" Varela consideró pertinente darles un momento de esparcimiento a sus soldados y los envió de visita a los prostíbulos de la zona. La encargada de la casa de tolerancia "La Catalana" en San Julián, recibió el aviso. Pero las cinco pupilas del establecimiento se le rebelaron. Llegada la tropa, las mujeres sacaron palos y escobas y al grito de: "¡Asesinos. Cabrones. No nos acostamos con asesinos!" rechazaron a los soldados. Fueron presas, golpeadas, maltratadas. Temiendo que el episodio se difundiera, las dejaron en libertad. Total... eran solo cinco mujeres.

Soy colombiana y hace ya veinte años que vivo en Viedma, Río Negro, Patagonia Argentina. En Colombia si alguien se enoja contigo te manda a la Patagonia, pero yo llegué solita y por amor.

Y aquí estoy, en la Patagonia, tierra del misterio, del mito, del viento, como bien dicen. Patagonia tierra de horizontes limpios. “Patagonia es el rumbo de los sueños. Llegamos a ella con las manos y el alma vacías, secas, calladas. De a poco, de a tragos, como una invasión de vientos alucinados, penetrantes, nos llega la palabra y se cae hacia adentro de los labios para volverse canto” (Hugo Covaro en "Memorias del Viento")

De atrevida nomás, y con total respeto por aquellos que se dedican a la escritura, comparto este texto que escribí, inspirado en la historia de las mujeres prostitutas del Puerto de San Julián, que en 1922 dejaron huella en la historia de la Patagonia Argentina. (Ver recuadro)

Una historia

para leer

por Ányela Cuéllar (patacolombiana)

MI CUERPO Y YO