Los sucesos de 1810, desencadenados por la invasión napoleónica a España, hacen enarbolar las banderas de las nuevas ideas y el derecho de los pueblos a elegir a sus gobernantes comienza a ser realidad.
La ya conocida semana de mayo nos habla de las marchas y contramarchas de esos días que finalmente terminarán con la formación de la Primera Junta, esa que comienza jurando en nombre de Fernando VII, que en sus actas no habla de independencia sino de cuidar estas tierras para el monarca español, pero que cuenta también entre sus miembros a Mariano Moreno y su grupo que desean unir independencia y nuevo orden político.
El conflicto entre Moreno y Saavedra producirá sus víctimas y excluídos. Castelli y Belgrano marcharán al Alto Perú y al Paraguay, Moreno enviado a una misión diplomática a Inglaterra muere en alta mar.
Pero cada vez son más los que responden al llamado de los patriotas y en 1812 retorna a nuestro territorio José de San Martín. De su mano y por sus ideas los granaderos a caballo recibieron su exitoso bautismo de fuego: el combate de San Lorenzo que detuvo el avance de los realistas.
Ese día otro héroe casi olvidado nació para la patria: el Sargento Cabral. Su valentía salvó la vida a San Martín y con él, tal como dice la marcha, la de medio continente.