Sergio Melián: “Para ser
entrenador debes
querer aprender todos
los días de todo y de
todos”
Sergio Melián, entrenador del preminibasket masculino del Luther
King, asegura que “lo bonito del baloncesto es lo ilimitado del mismo”
Por Víctor Hernández
¿Por qué ha decidido ser entrenador de
baloncesto?
- Yo creo que eso no se decide, te tiene que
salir de dentro. En mi caso, ya desde Cadete no
quería dejar el baloncesto y tenía muy claro que
quería seguir en el deporte desde el banquillo,
pero con otro rol, el de entrenador.
¿Ha elegido serlo o el baloncesto le eligió a
usted?
- Elegí serlo, quería ser entrenador. El
baloncesto me dio la oportunidad de la mano de
Luis Macía, cuando me ofreció echar una mano
trabajando con los ‘peques’ en la escuela de
baloncesto del colegio. A partir de ahí, he
tratado de aprender y mejorar día a día, y así
hasta ahora.
¿Qué debe tener todo entrenador para
conseguir la perfecta evolución de sus
jugadores?
- Conocimiento, no supuesto sino real. Para ser
entrenador debes querer aprender todos los
días de todos y de todo. Aparte de eso,
considero muy importante ser capaz de
entender y saber llegar al jugador para intentar
ser una solución a sus problemas y no un límite
a su progresión.
¿Existe el entrenador perfecto?
- No lo creo. Decir que algo es perfecto es decir
mucho, demasiado. En el caso de los
entrenadores va más allá de los resultados. Son
demasiadas las cosas que hay que abarcar y
dominar, y precisamente lo bonito de este
deporte es lo ilimitado del mismo. Da igual quien
seas, siempre hay algo que aprender.
¿Cosas positivas y a mejorar en su actual
club?
- Lo más positivo y destacable del Luther King
es que somos una familia. Todos trabajamos
para el conjunto, en beneficio de la escuela de
baloncesto y no de los egos individuales de los
entrenadores. Si alguien pierde, nos afecta a
todos, igual que cuando se gana. Siempre hay
cosas que mejorar. El día que pensemos lo
contrario tendremos un problema. En nuestro
caso, tratamos de implantar una dinámica de
entrenamientos y disciplina de club que, al ser
un colegio, puede costar, pero hay que seguir
por esa línea y tratar de ser cada año más
competitivos y por supuesto, no dormirnos por el
camino.
“Nuryana y Luther King
han progresado mucho
en el último lustro”