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Estos ejemplos entre otros que son cosas “extradeportivas” también las tiene que hacer un entrenador femenino. Y ya ni te cuento cuando entrenas también un equipo senior como es mi caso, que por cierto, esto ni se lo plantees a entrenadores masculinos porque te toman por loco y te dicen: ”¡Francis tío, eso es otro nivel ya, son mujeres! También tienes que oirlas, ser su psicólogo personal, hablar con ellas de otras compañeras, intentar mediar para que todo vaya bien, hablar de tema económico para las cuotas, que todas se diviertan, jueguen lo que creen que deben jugar y encima ganar, ahí lo dejo. Y cuando tienes todo este tema “extradeportivo” controlado, ahora puedes empezar a entrenar. Es un complejo mundo con el que cada día se aprende algo nuevo de estas niñas. Las niñas, por norma general, solo piensan en baloncesto cuando vienen a entrenar, ellas terminan de entrenar, y cambian el chip sobre la marcha, y a otra cosa. Los niños sin embargo, terminan de entrenar y siguen haciendo malabares con la pelota a ver si consiguen hacer algo nuevo que han visto hacer en YouTube a Curry, Lebron o al mismo Nedovic. Ahora bien, cuando consigues conectar con un equipo de niñas y creen en ti, van contigo hasta la muerte, en el baloncesto da igual quien les diga qué, que solamente vale lo que su entrenador le dice. Ellas aunque no le encuentren el sentido a lo que hacen, si su entrenador lo dice, va a misa. Y eso si, para mi, cuando un equipo femenino juega bien al baloncesto, es lo más gratificante que como entrenador puede ocurrir. Los niños por naturaleza son mas “frikis” y están todo el día viendo baloncesto e intentando imitar a otros, las niñas, salvo casos excepcionales, no son así, por lo tanto cuando juegan bien al baloncesto te hacen sentir que tu labor ha sido la correcta. El ejemplo para mi de todo esto que digo será siempre “mis niñas” como yo las llamo. Un grupo con el que conseguí conectar a la perfección, y la confianza ciega que ellas me tenían era plena en todos los sentidos hasta el punto que nos guardamos un inmenso cariño y se que por más que pasen los años y en un futuro me las encuentre por la calle siempre quedará esa relación de amistad- respeto. Y esto, para mi, es la satisfacción más grande que me da el baloncesto, hasta mayor que ganar, que se supone que es el culmen para un entrenador, formar jugadoras, y sobre todo, personas, amigas. Con el paso de los años sí que he observado que cada día más se llena las gradas de gente que ve partidos femeninos, hasta entrenadores masculinos y que se conoce más a jugadoras profesionales que hasta hace bien poco sonaba a sueco a muchos. Y eso me alegra porque quiere decir que se están haciendo bien las cosas y que cada día más las niñas exigen seriedad y competitividad en sus equipos. Con el tiempo hay más entrenadores que se “atreven” a entrenar femenino y todos disfrutan de este mundo tan bonito. A mi como amante que soy del baloncesto femenino me alegra todo lo bueno que deportivamente les pase a nuestras niñas y todas las apuestas que se hagan por ellas. Ahora contestaría a la pregunta: ¿Y por qué el baloncesto femenino? Por qué está de moda. 25