Autarquía tercer número- Democracia | Page 4

Ensayo filosófico
Para hablar de democracia y educación es necesario adentrar la mirada al complejo entramado del sistema educativo mexicano que se ha venido construyendo en los últimos 100 años . Desde Vasconcelos hasta Elba Esther , desde las misiones culturales de principios del siglo XX hasta el reciente modelo de educación por competencias , desde el México indígena hasta los grupos de élite que conforman la cúpula empresarial y política del territorio nacional , desde el Consejo Nacional de Fomento Educativo ( CONAFE ) en las alejadas comunidades rurales hasta las escuelas normales donde se forman masivamente los cuadros de profesores nacionales , desde las costosas escuelas privadas hasta las paupérrimas escuelas nocturnas para obreros . Hablar del sistema educativo mexicano implica sentir la marginalidad y la opulencia conviviendo codo a codo , pensar en la educación necesariamente sugiere contactar con sueños , posibilidades y esfuerzos de miles de caudillos ( amantes anónimos de las letras y apasionados por la enseñanza ). Al mismo tiempo , nos recuerda nuestro propio fracaso , la afrenta de la humillación y la incapacidad de reconstruirnos desde el México heredado por nuestros ancestros , ellos , los conquistadores y los conquistados . La educación escolarizada mexicana nos acerca a la herida que llevamos cargando desde nuestros inicios y que no ha podido ser subsanada : la desigualdad de condiciones de vida . Es decir , nos hace toparnos cara a cara con la injusta distribución de la oferta educativa en todos sus sentidos . La escuela es la institución por excelencia que el Estado posee para transmitir un conjunto de valores , actitudes y conocimientos a sus ciudadanos . Louis Althusser decía que la escuela ( junto con otras instituciones culturales ) es el aparato ideológico del Estado , a través del cual , éste podía controlar y direccionar a la sociedad en su conjunto . Sin embargo , vale la pena preguntarse ¿ Hasta qué punto la escuela ( bajo la rectoría del Estado ) tendrá las condiciones en sí misma de estimular y fortalecer la democracia en un país como México ? o si por el contrario , la escuela misma , será una institución que frene , detenga y aminore las condiciones para que una verdadera democracia pueda florecer . Sin lugar a dudas no es una pregunta fácil de responder , dado que como toda construcción cultural lleva en sí misma contradicciones que complejizan el modo en que la podemos entender , sobre todo , en sus múltiples variedades . En el caso del sistema educativo mexicano , tenemos múltiples niveles ( de kínder a universidades ), algunas con atención directa de la SEP , otras donde particulares fomentan modelos alternos como es el caso de la escuela privada ; por otro lado , un sistema educativo donde la formación de millones de docentes depende de Escuelas Normales Superiores ( que tienen un programa propio ), otros se forman en las Universidades Pedagógica Nacional ( UPN ), otros que se forman en escuelas independientes . Y así podríamos continuar de modo interminable .
Pero donde quiero centrar la mirada en este amplio y complejo aparato educativo es en el tema de la equidad . Como dice la consejera presidenta del Instituto Nacional de Evaluación Educativa ( INEE ), Sylvia Schmelkes : “ los más pobres acceden menos a la escuela , permanecen en ella menos tiempo , transitan por ella de manera más atropellada , aprenden menos cuando están en ella y lo que aprenden les sirve menos para su vida actual y futura ”. En ese sentido , la distribución de las oportunidades educativas en México se encuentra en un estado alarmante que mina nuestra capacidad de reconstruir el tejido social , el esfuerzo por concertar voluntades de diversos grupos de interés y apaga el espíritu de aquellos ideales que se forjaron durante la Revolución Mexicana . Si la educación y la escuela en concreto , no favorecen escenarios de mayor equidad educativa , no será posible avanzar hacia una democracia , donde el poder , las decisiones y la participación parta verdaderamente del pueblo . En ese sentido la apuesta frontal en México necesita apuntalar hacia ofrecer una mejor propuesta educativa a los sectores más necesitados . Actualmente , la fórmula opera en el sentido inverso . En otras palabras , en las escuelas de los más privilegiados , donde se vive , lo que Pablo Latapí llamaba “ opulencia educativa ”, se destina mayor presupuesto , infraestructura , maestros mejores formados , y más programas de asesoría , tutoría y formación afectiva a los estudiantes . Por el contrario , a las grandes mayorías ( los sectores más vulnerables , los más pobres ) acceden a sitios con menos recursos , programas más desvinculados de sus realidades cercanas y menos atención psicoafectiva , acompañamiento , etc . Mientras las grandes mayorías tengan menos acceso a la escolarización , la escuela les ofrezca menores aprendizajes significativos y su currículum esté menos conectado con los problemas de sus comunidades , la participación y el involucramiento de parte de niños y jóvenes serán superficiales . Mientras continúe la obsesión de las autoridades educativas por la evaluación a maestros y alumnos ( en los parámetros establecidos por “ los países democráticos ”), donde lo que se privilegia son las pruebas estandarizadas , homogeneizadoras y desvinculadas de las realidades locales y regionales ; la escolarización seguirá desuniendo las problemáticas concretas de los aprendizajes escolares y propiciando un adoctrinamiento adormecedor de conciencias , más que una transformación interior liberadora . La educación escolar necesita ser una apuesta por construir instituciones que fomenten el aprendizaje situado , contextual , dialógico , participativo , emancipatorio , crítico y , en cierto sentido , contracultural al discurso neoliberal dominante . Si la escuela continúa siendo un apéndice del mercado ( y sus instituciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial ), en donde las grandes tendencias tecnoeconómicas siguen marcando los horizontes de la educación actual , no habrá democracia posible que se oriente a la justicia distributiva de los bienes . En este caso , más bien , como
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