Autarquía numero-cinco | Page 16

Social
Pocos como Erasmo de Rotterdam han enaltecido o ponderado la locura de la cruz . Entre esas escasas voces , que sin duda son un preclaro antecedente del humanista holandés , situamos la figura de San Pablo , gran difusor del cristianismo , quien a propósito de locuras llegó a decir que el mensaje de Cristo crucificado “ es escándalo para los judíos y locura para los paganos ”, al mismo tiempo que se revela la “ fuerza y sabiduría de Dios ”, fuerza en lo que parece debilidad , sabiduría en lo que para los hombres es locura . ¿ Cómo podemos interpretar estas palabras a la luz de la obra Elogio de la locura , pero sobre todo desde la experiencia de las víctimas de la historia , concretamente en este México en donde impera la violencia , las desapariciones forzadas , los múltiples lugares cooptados por el crimen organizado , quien termina sustituyendo , de manera peculiar , funciones del Estado como la impartición de justicia ?
La Stultitiae de la que habla Erasmo , palabra latina que ha sido traducida por “ locura ” en lengua hispana , es ambigua . Por un lado revela que este mundo está dominado por locos en el sentido que tenía para los griegos la locura como moría ( Μωρία ): la idiotez , la tontería , la estupidez , la necedad , etc . Mientras que en el mismo horizonte griego la locura como manía ( Μανία ) tiene que ver con el delirio , el entusiasmo , el éxtasis , el ser poseído por la divinidad . La ambigüedad del uso que hace Erasmo de la Stultitiae está en que al hablar de la locura como moría desmonta todo un sistema de aquellos que creyéndose “ sabios ” o “ poderosos ” viven de acuerdo al engaño y la adulación ; ahora bien , valora la locura cuando aparece como manía , es decir como inspiración capaz de creación , propia de los espíritus libres . En este sentido es importante que el lector de Elogio de la locura sea cauteloso y atento , para que pueda discernir al crítico de Erasmo que denuncia la corrupción de la sociedad de su tiempo ( s . XVI ), al mismo tiempo que propone el renacimiento o irrupción de un nuevo mundo .
La locura de la cruz es tal porque a todas luces expresa el fracaso de un hombre que fue fiel a sí mismo y al proyecto de su Padre ( abbá ). En palabras de S . Pablo es “ escandalo ” y “ locura ”, pues los criterios o lógicas con los que se mueve este mundo ( en el sentido joánico del término ) no son precisamente los de la hermandad , el diálogo , la compasión , sino la imposición , la fuerza , la violencia . La cruz es una locura no sólo porque en ella podemos representar a los crucificados de la historia , sino porque en ésta se nos revela el Dios de Jesús , hecho carne en la humanidad de los hombres , con todo lo que esa paradoja implica : que lo Otro con mayúscula ( el Innombrable , el Inefable ) ahora pueda decirse en la apertura y entrega de este otro con minúscula , el judío marginal , el nazareno ; que lo Absoluto abraza lo contingente ; que el Omnipotente padece en la vulnerabilidad y entrega de la vida . La kénosis del Cristo , la víctima inocente por antonomasia , rompe toda lógica de dominio e imposición , pues su sola presencia irrumpe desde una perspectiva que sólo desde la gracia , el regalo , el don , la gratuidad , puede ser experimentada , mostrada pero nunca demostrada .
Probablemente lo más valioso de esta experiencia , la del Crucificado – Resucitado , de esta locura como manía , es la posibilidad que abre para “ romper ” la cíclica violencia mimética , la necesidad constante de chivos expiatorios ( R . Girard ), pues los seguidores del Nazareno son las víctimas no resentidas de la historia que actúan bajo otra perspectiva : no se vengan de los asesinos del maestro , no sacralizan ningún deseo posesivo en clave de lucha contra los demás . En este sentido , G . Vattimo , junto con otros filósofos , hace una lectura del cristianismo como una “ salida de la religión ”, en cuanto implica la desestructuración de todos los cultos arcaicos necesitados de “ verdades inmutables ”, de ciertas “ estructuras ontológicas ” que terminan encubriendo la necesidad de víctimas ( del capitalismo , de la discriminación sexual y racial , de los desastres ecológicos ...). He aquí la pertinencia de repensar a Occidente desde la revelación judeo-cristiana , pues éste ha sido construido desde la centralidad de las víctimas , las últimas décadas que hemos vivido como país son un ejemplo patente de esto . ▪
Luis Alfonso González
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