Autarquía numero-cinco | Page 11

El loco se resiste a dejarse asimilar por lo que los muchos consideran sano, en esto reside su lucha: “Debemos mezclar lo que se considera sano, con lo considerado enfermo. ¡Voso- tros los sanos! ¿Qué cosa significa vuestra salud?” pregunta Domenico a viva voz, voz que parece ser la misma que emana visceralmente del Zaratustra de Nietzsche, otro loco: “La gente tiene su pequeño placer para el día y su pequeño placer para la noche: pero honra la salud. ‘Nosotros hemos inventado la felicidad’ —dicen los últi​mos hombres, y parpadean”. En el mundo de los cuerdos la homogenización parece ser condición necesaria para la felicidad y la locura representa un residuo señalado como amenaza. Son ellos, los últimos hombres, los que han inventado la felicidad; es el loco el que la altera. A Domenico, sin embargo, la sociedad no se le opone a manera de coac- ción física, sólo es ignorado, abandonado a su suerte, es un expulsado de la sociedad, un exiliado perteneciente a los de la estirpe de Caín. Tiene la mancha. La voz de Domenico, esparcida por todos los vientos del mediterráneo, se deshace ante la sordera de los últimos hombres. El loco se expresa en otro idioma que ya nadie entiende, ajeno al discurso hegemónico, dominante, ajeno al sentido común y la opinión pública. Es ese idioma ignorado el que pregona la nostalgia —palabra que le da título a la película. Ni el poeta, ni Tarkovski, ni Domenico, extrañan, sino que sienten nostalgia. Esta diferencia que me atrevo a plantear dota de sentido a la película. Extrañar, a diferencia de la nostalgia, es un verbo, es de- cir, implica el emprendimiento de una acción. Esta acción se da como un procedimiento en donde algo que nos es familiar se nos torna extra- ño; no es un des-conocimiento de algo, sino un re-conocimiento de algo. Esto es: conocer a las cosas, volver a las cosas, de una manera distinta. La nostalgia, en cambio, se opone a este proceso de re-conocimiento. En la nostalgia se pretende dejar intacto el conocimiento que se tiene sobre el obje