AnunciataNEWS Nº 1 Mayo 2014 | Page 8

Algo que muchos no saben es que esta magna obra educativa empezó siendo iniciativa de las monjas dominicas que llegaron desde el monasterio de Prulla, en el sur de Francia, una de las primeras fundaciones de Santo Domingo de Guzmán. Estas religiosas fundaron en Zaragoza un convento dedicado a Santa Inés, para establecerse en él y dedicarse a la contemplación. Corría el año 1300 aproximadamente y por aquel entonces, no entraba dentro de sus planes dedicarse a la enseñanza. Durante cinco siglos las religiosas se dedicarían al estudio y a la contemplación según las normas de vida dominicanas.

Sin embargo, a principios del siglo XIX iba a suceder un hecho clave que supondría a la postre, la aparición de nuestro colegio: la exclaustración (los mayores seguro que recuerdan este episodio de la vida de Francisco Coll, y de las clases de Sociales…). En esta época, las órdenes religiosas conservaban una posición privilegiada dentro de la sociedad española. La vida que llevaban los religiosos durante el siglo XIX les permitía tener una amplia presencia en todos los ámbitos de la sociedad, tanto en las altas esferas de la política como dentro del pueblo llano del cual procedían la mayor parte de sus miembros. Esta posición privilegiada despertaba bastantes desconfianzas dentro de los sectores liberales que pretendían provocar una ruptura con el Antiguo Régimen.

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Por Santiago Julián

Estas tensiones y recelos hacia la Iglesia desembocaron en la llamada desamortización de Mendízábal, en 1835, por la que el clero era despojado de buena parte de sus propiedades que pasaban a manos del Estado. Sus miembros fueron sometidos a exclaustración forzosa y se les obligó a abandonar los conventos.