“Y respecto al lugar para
mí es muy importante,
como el piso de goma
o las pistas de vareo,
porque los caballos están
mucho tiempo en esas
zonas, aún más que en
la cancha”
ner buen mantenimiento y no puede haber nada
malo que pueda afectar a los caballos.
Tuvieron caballos nominados y premiados
en Palermo. ¿Cómo lo viviste?
—Para mí que vengo de Francia y poder estar
presente en Palermo viendo caballos de nuestra
cría es un verdadero placer. Las mantas son un
premio al esfuerzo de toda la organización y el
trabajo que hemos realizado. Es una mezcla de
todo, desde nosotros hasta Facundo que es un
excelente jinete y sabe lucir los caballos.
¿A nivel genética tenés alguna preferencia o
lo medís más por el tipo de caballos?
—Sí, siempre me fije más en el tipo de caballos,
pero al venir más a Argentina, veo que el tra-
bajo que están haciendo los criadores es muy
importante. Para mi, Ellerstina es una gran mar-
ca y la verdad que tengo mucho respeto para lo
que creó Gonzalo Pieres. Y poder ver la calidad
de sus caballos me tiene admirada. Nosotros en
el mundo del caballo de salto siempre decimos
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que hay tres lugares para criar caballos, Irlanda,
Estados Unidos y Normandía, pero yo pienso
que hay que agregar Argentina, por los buenos
criadores que hay aquí. Desde Ellerstina, Los
Machitos, La Irenita, los Tanoira y muchos más.
¿Y cómo ves el bienestar animal y su cons-
tante evolución?
—Creo que cada día está más cerca, que hay
mucha gente aquí que es muy cuidadosa y que
hacen las cosas bien. Y en este caso, nosotros
tratamos de tener un equipo cuidadoso, pero es
muy importante poder capacitar a la gente. En
Argentina, a diferencia de Europa, es más nor-
mal tener más caballos, pero en esta época, con
el valor de los caballos se cuidan mejor y día a
día va seguir siendo así.
Ya que hablamos de tu equipo: ¿Qué nos po-
dés decir de Rubén?
—Yo pienso que Rubén no es un domador, ni un
jugador de polo. El doma para su hijo y por eso
en el campo hace todo. Los que él trabaja son
caballos que se doman de a poco, es un trabajo
de mucho tiempo y de mucha paciencia. El ca-
ballo es un animal que hace todo por memoria y
por rutina y sin eso, no se puede domar. Rubén
tiene mucha pasión por los caballos. Y si habla-
mos de caballos, la pasión es fundamental.
¿Y Facundo?
—Para mi Facundo es como un hijo. Lo conocí
cuando tenía 18 años y es un chico con mucho
entusiasmo y es muy trabajador. La verdad que
sin trabajo no se puede llegar nunca a nada, te
dediques a lo que dediques y a Facundo lo ves,
se levanta temprano, trabaja sus caballos y hace
lo que tenga que hacer. Y además es un gran
jinete que lo demuestra en la cancha. Y llegó
a este presente, no solamente por saber jugar,
sino también por cómo trabaja día a día y por
eso se lo merece.