¿Tus líneas más fuertes son todas madres?
—Y… Dolfina Lapa, Dolfina Cuartetera, que ya
dio muchas en cancha 1: el Dolfina Guitarrero,
Tetera, Bailantera, Cumbiera. Yo me fijo mucho
en las estadísticas. Y por ejemplo la Small Per-
son dio la Dolfina Cora, La Girl-Girl y otra ye-
gua como La Enana que han jugado todas dos
chukkers en Palermo. Cuando una yegua te da
tres o cuatro yeguas que juegan en Palermo ya
es muchísimo. Si te fijas la Dolfina Lapa, por
ejemplo, tiene hijas que jugaron en Palermo
como la Iberia, El Boeing, la Lufthansa, la Pa-
nam… y eso es importante para darse cuenta
cuando hablás de una yegua de raza.
“En mi caso, siempre
me basé en las madres.
La línea materna
creo que es lo más
importante y lo he
comprobado.”
De todos los clones de Cuartetera. ¿Cuál es
la más parecida a la original?
—Para mí la 06 es la más parecida. Si me pre-
guntas… ha acarreado algunas lesiones y por
eso físicamente todavía no la pude poner de la
manera que más me hubiese gustado, pero es-
tando arriba de ella, es la más parecida. Pero la
verdad me fue tan bien con los clones que van
cambiando…
Y esas lesiones ¿por qué puede ser… por la
exigencia que tuvieron?
—Tuvieron el problema que eran clones y la an-
siedad de uno para ver cómo iban a salir y con
mucha gente a la expectativa de qué iba a pa-
sar y esa carga de presión se la trasladamos al
caballo. Tanto Fabricio como yo que hicimos un
esfuerzo enorme. Él como piloto y domador por-
que él las hizo de polo y nos hemos mandado al-
guna que otra macana por haber querido llegar a
tiempo con todas cuando tuvieron algunos pro-
blemas que deberíamos haber aflojado un poco.
Hoy juegan todas, están bien, pero podrían ha-
ber estado un poco mejor físicamente; pero eran
las ganas. Hoy no me arrepiento, y sigo hacien-
do clones de otros caballos; pero ya aprendimos
que hay que hacerlos más tranquilos porque ya
sabemos que dan…, en esos momentos había
que demostrar porque estaba solo y gasté pla-
ta…; hoy ya me divierto y lo disfruto.
¿Qué te gustó del clonaje?
—Primero que salió bien, el resultado. El sueño
éste de clonar. El criador de caballo de polo sue-
ña. “Si no soñás y no sos fanático, dedícate a
otra cosa”. Hoy ver que hay varios que clonan
me da alegría. Pero no por ego, sino porque lo
bueno es que se dieron cuenta que no estaba
equivocado y me gustaría que haya más caba-
llos clonados. Había algunos que antes estaban
en contra y hoy tienen caballos clonados en su
campo. Y pasó lo mismo con el embrión, y tam-
bién había quejas.
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