Anuario Northfield School 2011 - N° 1 | Page 45

rosamente el rumbo cuando fuera necesario. Con nuestro ejemplo y la convicción de que esos son los valores que los convertirán en hombres y mujeres de bien. Como papás, nosotros aportamos nuestra materia prima, pero nuestros hijos también aportan lo suyo. Nosotros somos alfareros y ellos la mejor arcilla. Cada hijo tiene características diferentes. Todos necesitan nuestro amor y nuestra guía pero no todos lo necesitan de la misma manera.Cada hijo es único y diferente de su hermano y como papás tendremos que descubrir una forma de guiarlo a su medida. Educar tiene una gran dosis de empatía, de ponerse en el lugar del otro y entenderlo. Es ir descubriendo como llegar a él, cuándo hablar, cómo preguntar. Educar es el arte ayudar a cada uno de nuestros hijos a descubrir su esencia y ser fiel a ella para ser feliz. Descubrir es ver lo que estaba cubierto o tapado. Es recordar cómo éramos nosotros a esa edad y ponernos en ese lugar. Entender a un hijo no es consentirlo. No es dejarlo hacer cualquier cosa. Hay que educar personas libres y responsables (no hay libertad sin responsabilidad). Si educar es transmitir valores, costumbres y formas de actuar quiere decir que debemos acompañar a nuestros hijos a transitar un camino que tiene reglas de juego y límites claros. Esos valores y costumbres, esos códigos de conducta, esa cultura es lo que les permitirá insertarse en la sociedad. Entonces podemos decir que educar tiene que ver con el amor, con enseñar, con guiar, con poner límites, con acompañar. Pero por sobre todas las cosas educar tiene que ver con disfrutar cada momento, cada desafío. Son muchos los ingredientes de la aventura de ser padres. Es una aventura maravillosa, diferente a las de los libros y las películas. Es nuestra y de nuestros hijos. Es una aventura en la que la única certeza es que amamos a esos seres pequeños y no tan pequeños desde lo más profundo del corazón con todos nuestros defectos y virtudes, y que queremos llegar a construir una relación sana entre dos adultos. Después de todo coincido con mi papá “Educar es una hermosa aventura”. * Orientadora Familiar de la Universidad Austral, Licenciada en Marketing y madre de tres hijos. Ha trabajado en el área comercial y de marketing de empresas de primera línea y hace diez años trabaja en la problemática de las empresas familiares en el IAE. Es un proceso de vinculación y concientización cultural, moral y conductual cuyo fin es la socialización de los individuos de modo progresivo a lo largo de toda su vida. 45