Anuario Northfield School 2011 - N° 1 | Page 41

Información General SIN MIEDO A LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS (TICS) Por Nelba Quintana * Un tema que reclama urgente atención en el ámbito docente y en la sociedad en general es achicar la brecha entre los nativos digitales (los jóvenes) y los inmigrantes digitales (adultos) . Podemos definir brevemente a los nativos digitales como aquellos que han nacido y crecido durante la explosión de los avances tecnológicos de la informática y la comunicación ocurridos a fines del siglo pasado: teléfonos celulares, dispositivos móviles de almacenamiento (MP3 y 4), cámaras digitales, computadoras e Internet. Los inmigrantes son los que nacieron antes de todos estos avances. Pero, dejando de lado la problemática terminológica y conceptual, hablemos del sentimiento de inferioridad que sienten algunos docentes y padres ante la destreza de los nativos digitales en el manejo de los distintos dispositivos tecnológicos. Esta postura es equivocada y cabe citar al filósofo francés Michel Serres para alejar este temor: “La ciencia es lo que el padre enseña a su hijo y la tecnología es lo que el hijo le enseña al padre.” El padre es quien tiene la experiencia para acompañar al joven en su desarrollo en la vida y el docente quien se ha formado - y sigue capacitándose - para guiar al alumno en su proceso de aprendizaje. Por más que los jóvenes puedan moverse en Internet como pez en el agua no quiere decir que sepan muy bien para qué usarla, cómo comportarse o los peligros que pueden encontrar en ella. Los jóvenes usan la web principalmente para comunicarse (chat, redes sociales) y entretenerse (jugar, escuchar música, ver videos). Necesitan de los docentes para aprender a procesar la gran cantidad de información que ofrece Internet, adoptar una actitud crítica para poder tomar de ella lo que sea válido para su formación y, en un futuro, su trabajo. La gran revolución de la web 2.0 tiene lugar por la posibilidad que le brinda al usuario para participar y publicar. Cualquiera puede expresar lo que piensa y siente a través de un blog o de las redes sociales. Nuevamente es el rol del adulto ayudar al joven a desarrollar las capacidades comunicacionales correctas en un mundo globalizado. Finalmente cabe señalar que si los adultos pueden ser engañados, ¡cuánto más los jóvenes! Personas con malas intenciones se ocultan en el anonimato de un avatar o una identidad falsa buscando niños y jóvenes que se encuentran solos, tanto en la virtualidad como en la vida real. A modo de conclusión ante todo lo expuesto, cabe señalar la necesidad de tomar conciencia de que no se puede seguir dejando solos a los niños y los jóvenes en la web. Si está mal abandonarlos en la calle ¿por qué hacerlo en el ciberespacio? Es hora de que los adultos dejen de mirar para otro lado como si no pasara nada. Si el adulto ha creado toda esta parafernalia tecnológica debe hacerse cargo del desafío de guiar a los jóvenes en cómo usarla debidamente. No hay que ahogarse en el temor al cambio. Existe la opción de tomar una perspectiva positiva y considerar esta problemática como una oportunidad para el acercamiento y el intercambio de saberes entre generaciones. * Profesora de Lengua y Literatura Inglesas (UNLP). Coordina el área TIC de inglés de la Escuela de Lenguas de la Universidad Nacional de La Plata y del Instituto Cultural Argentino Británico local. 41