ANTÁRTIDA EXTRATERRESTRE - EL INCREÍBLE CONTACTO DE ROSALÍA Antártida Extraterrestre | Page 59

ANDREA VICTORIA CANO Claro que todo esto lleva un grado implícito de orgullo, de soberbia en todos los escalafones y estamentos. Hace falta un grado inmenso de humildad para reconocerlo, reconocerlo honestamente, no es preciso humillarse ni denigrarse, ya que todos en su momento actuaron de buena fe, tanto los unos como los otros fueron engañados miserablemente: "Todo era en bien de la patria", siempre el mismo lema en todo el mundo, el mismo verso, la misma destrucción. Claro que había que reconocer primero una orden que fue dada en buena ley y ejecutada con toda honestidad a sabiendas que es en bien de la patria para preservar el orden, la unidad y la paz, para luego tener que reconocer que fueron estafados, sus fueros más íntimos, es degradante y más aún cuando se ha actuado regidos por el código militar, es allí precisamente cuando comienza a flaquear su credibilidad ¿Entonces hubo otros que traicionaron todas nuestras creencias, nuestra credulidad, y nos arrastraron a abismos ignorados?. Comencemos por decir que les "toman la cabeza" y los llevan a hacer actos aberrantes, o sea que llevan a la persona a la destrucción total, de allí que la mayoría en todo proceso y lugar clame por inocencia, si hasta el acusado se espanta, niega haber hecho semejante aberración. Se aclara que esto no favorece ni justifica a nadie, pero desde el mismo momento en que se planea una acción bélica o guerrera, se estipula en el plan toda clase de ignominias, de aberraciones, que nadie bien nacido puede justificar. Si queremos profundizar y sacar conclusiones de cómo y por qué, primero tendríamos que aceptarlo aunque nos cueste. El tema no es que nadie o que otros no lo sepan, el tema es que se hacen estas evaluaciones: ¿Es conveniente informar, vale la pena justificarse, después de haber sido engañados, vejados inmoralmente ante el pueblo? No haber puesto freno y "coto" a la rebelión y dejar que se cometan abusos, desmanes incalificables, desprestigiando a las Fuerzas Armadas, como únicas responsables del desborde ¿Entonces era un barco sin timón, a la deriva? Que cada quien hacia lo que le daba la 59