ANTÁRTIDA EXTRATERRESTRE - EL INCREÍBLE CONTACTO DE ROSALÍA Antártida Extraterrestre | Page 37

ANDREA VICTORIA CANO no sabía ni estaba enterada del tema de la clonación, hoy en día puede ser algo que ni sorprenda, pero esa imagen perduró en ella por mucho tiempo, en ese entonces algo insólito. Igualmente los uniformes de los militares eran de color habano, un poco más claro, tenían vivos rojos al igual que la gorra en el frente donde se ajusta a la cabeza. Otra cosa que en ese entonces sorprendió a Rosalía fue el alambre de púas, enrollado junto al paredón separado por unos 40 o 60 cms. ¿Por qué recorría el vigía las demás garitas armado? ¿Qué hacia Rosalía ahí? Ver esos muchachos con ese exuberante físico con sus ojos cerrados, todos iguales, fue algo que también la sorprendió de gran manera, ¿Cómo se alimentarían y demás necesidades fisiológicas? Otra fue que cuando la abducían le hacían poner un vestido negro, que justamente compró por que parecía que era para algo espacial, y eso que todavía no los había visto, pero sabía que así se veía por los dibujos de las revistas, se lo ponía con un cinturón también espacial con una gran hebilla de acero inoxidable. Otro anécdota fue que cuando se la llevaron en una oportunidad, ella llevaba puesto un pañuelito de gasa blanco en el cuello, se asemejaba al césped de colores que le habían mostrado, ella solo supo decir: "¿Cómo lo lograban?" a lo que “Los Extras” contestaron: "Le Extraemos la clorofila" , la respuesta fue en chino para Rosalía. Una vez le dijeron: "Ven, que te llevaré a dar unas vueltas". Subió a un carril como el de las ruedas del mundo que le llaman en los parques de diversiones, solo dos personas, una delante y otra atrás, Rosalía siempre detrás igual que en la nave, se movió a gran velocidad y subió hacia un tobogán para luego descender también a gran velocidad, ese lugar estaba pasando la Antártida, su sorpresa fue que a la velocidad que tomaba al subir o bajar el pañuelito de gasa permanecía inmóvil, Rosalía pensaba: "¿Cómo no se vuela?" en fin, cosas espaciales. Siempre se la llevaban de noche, eso sí, ladraban siempre los perros. En una oportunidad la vinieron a buscar siempre cruzando la Antártida, llegaban a un lugar como una gruta, y a partir de esa vez siempre la llevaron a ese lugar en diversas oportunidades. Al llegar había un “Extra” 37