ANTÁRTIDA EXTRATERRESTRE - EL INCREÍBLE CONTACTO DE ROSALÍA Antártida Extraterrestre | Page 31

ANDREA VICTORIA CANO grietas infernales donde no se ve el fin lo cual le sorprendió, fue un silencio aterrador. En ese momento todo era desconocido para ella. Desde la nave se distrajo, contemplando ese paisaje subyugante, espectacular, con la mirada sorbía cuanta cosa veía, todo despertaba su curiosidad, ya que no sabía si la volverían a llevar, tanto se ensimismaba que perdió la noción de lo que la rodeaba. Notó que la nave se desplazaba hacia una pendiente inmensa, ya que le sobraba espacio para deslizarse por esa pendiente, que estaba cubierta y compacta en los costados, como quien se introduce entre dos montañas, ya sea porque se distrajo o bien porque hicieron alguna triquiñuela o alguna distracción inducida, que vio el deslizamiento empinado y luego no supo sí se introdujo en algún precipicio, ni a que profundidad estaba, el deslizamiento fue imperceptible, lo que sabía era que se encontró de golpe ante lo que ella denominó “El Paraíso”. Eso era notable, no había sol, no había luz artificial, sin embargo la iluminación era total, era una luz divina como la del aura, todo irradiaba un halo espiritual que no dañaba la vista, la blancura del hielo de la Antártida que más bien es cegador, Rosalía exclamaba: "Es una iluminación celestial" . Y claro, encontrándose a esa profundidad, con ese espectáculo casi irreal quedó deslumbrada, anonadada, se podría decir que escrutaban su reacción. Ella miraba dentro de la nave, todo era compacto, de tableros electrónicos o con energía, con botones, luces, aparatos de todo tipo que marcaban números. Llegaron y pensó, si era cierto que existía el paraíso debía ser ese, el verdor, las plantas exóticas, era un oasis en medio de hielos, la temperatura templada, había lagos, lo que no vio fueron animales, ¡pero sí, ese era el paraíso! solo le faltaba albergar a la serpiente y por ende a la cobra, vio a la altura que en la tierra serían los cables de la luz un bus por el aire. 31