ANTÁRTIDA EXTRATERRESTRE - EL INCREÍBLE CONTACTO DE ROSALÍA Antártida Extraterrestre | Page 131

ANDREA VICTORIA CANO cortarían la ruta nueve que va a Buenos Aires. Cuando al fin subieron el chofer no puede controlar el ómnibus, la gente entró en pánico y gritaba ya que las aguas se lo estaban llevando, no importaba que el ómnibus estuviera lleno, la fuerza del agua era atroz, el agua comenzó a entrar por el estribo, para fortuna de todos el vehículo se topó con un trecho elevado y el chofer pudo maniobrarlo encarrilándolo hacia la ruta, todos pudieron respirar nuevamente. La vertiente del agua seguía creciendo, prácticamente todo estaba quedando desolado, la gente huía de sus casas porque el agua las seguía poniendo en peligro, cuando Rosalía y Felipe llegan a la casa se apresuraban a entrar y los vecinos les decían que se fueran, pero Rosalía les decía que se fueran tranquilos. La gente que se iba dejaba sus viviendas bien cerradas, pero el agua igualmente entró alcanzando el metro y medio de altura, se veían flotar los muebles en dirección al terraplén del ferrocarril. Junto al arroyo estaba la Achurería de Lequio, donde Rosalía compraba víveres, su dueño tenía una hija que estudiaba piano, el piano salió flotando por la puerta muy campante para estrellarse también con el terraplén, el tema es que el agua crecía de forma amenazante. A eso de las tres o cuatro de la madrugada recién comenzaron a retroceder las aguas y fue entonces cuando Rosalía y Felipe se fueron a dormir. El agua llegó hasta la cuneta de la casa de Rosalía y por el fondo llegó hasta el puentecito (donde estuvo el Maestro Jesús), lo que hizo el Maestro Jesús fue probar la fe de Rosalía. Juzguen ustedes mismos. En otra oportunidad llaman a la puerta de Rosalía a eso de las once de la mañana, ella se asoma al balconcillo y ve un señor con una bolsa en el hombro derecho. Al verlo con la bolsa de arpillera, lo interpretó mal y le dijo que esperara un momentito ya que estaba friendo unas milanesas, había comprado pan para preparar el almuerzo, Felipe ya estaba por llegar. Rosalía prepara un emparedado lo envuelve y se lo lleva. Él le dice : "¿Qué es eso?" ella le responde: "Un emparedado de milanesa" , "¿Y por qué, yo le he pedido algo?" contesta el señor. Rosalía casi se muere de la vergüenza. A lo que continua diciendo: "Yo 131