ANTÁRTIDA EXTRATERRESTRE - EL INCREÍBLE CONTACTO DE ROSALÍA Antártida Extraterrestre | Page 121

ANDREA VICTORIA CANO Cuándo ingresaron al hotel, él se puso detrás de ella y le dio un chirlazo en la "cola", esa acción decía más que mil palabras, la razón y causa de su exclusión de la empresa. Hasta allí ella no tenía ni idea de la odisea que debería pasar, la experiencia "esotérica - paranormal" de "trascender al otro plano". Después del "chirlazo" Rosalía lo miró por encima del hombro y lo fulminó con la mirada. Después de estar en el hotel se fueron a un bar los cuatro junto con otro amigo del socio y jefe de Felipe, ellos pidieron algo acorde al momento, le preguntaron a Rosalía que quería tomar y ella contesta: "Un anís", todos largaron la carcajada, pues hacía años que eso ya no se consumía en el lugar, sin más que decir Rosalía pidió una Coca - Cola. Se fueron a descansar, dejaron encargando que los despertaran a las 6:30 de la mañana, antes de salir le dijo a su hijo: "Mirá, al entrar anoche al hotel vi una boutique que tenían unos cintitos de cuero color te con leche, me voy a comprar uno, así se lo pongo a la cartera, ya le quedaron las argollas" . Cuando salieron en la mañana del hotel Felipe le señala un sitio y le dice: "En la vereda de enfrente, en la otra esquina hay una librería, nosotros vamos a hacer una diligencia, nos encontramos en ésa esquina, el que llega espera" y se fueron. Rosalía se fue a ver el cintito, entró a la boutique por la puerta que daba a la calle, ingresó, compró y en vez de salir por la puerta del frente, salió por otra que estaba a su derecha, que daba a una galería. Caminó pensando en el cinto: "En la esquina se lo pongo", se va por la galería hacia su derecha, salió a la otra calle y todo eso hasta el día de hoy no lo pudo descifrar. Al llegar a la calle caminó la cuadra hasta la esquina y no vio la librería, claro que seguía ensimismada en lo de ella, no prestó atención a nada ¿Qué hago? pensó, regresó a la galería y habían dos salidas y eso la confundió aún más, volvió a caminar a la esquina y nuevamente no encontró nada, volvió a la galería y esta vez encontró tres entradas, giró su cabeza y vio que venía una señora con un tapado hasta el tobillo, gris 121