Antología 2013 | Page 27

FERNANDO, un PERRO de VERDAD

De Ditaranto Hugo

Versión de López Franco

Por empezar, entre las anécdotas que hasta el día de hoy circulan sobre sus andanzas, se cuenta que Fernando era muy estricto en su rutina: dormía en un hueco del hotel "Colón”, desayunaba café con leche en el despacho del gerente del Banco Nación, visitaba la peluquería continua al bar japonés, almorzaba en "El Madrileño", cruzaba a la plaza a hostigar gatos y en el Bar La Estrella, comía lo que le daban dueños y clientela.

Este lanudo, blanco, nombrado aparentemente en honor al cantante de boleros Fernando Ortiz (a quien el perro acompañaba en sus ensayos) no tiene una sino tres estatuas en la capital del Chaco, una de ellas frente a la mismísima casa de gobierno.

Cuando murió, el 28 de mayo de 1963 (fue atropellado por un auto en la plaza), lo lloró todo Resistencia. El funeral se celebró en la vereda de "El Fogón de los Arrieros", centro cultural por excelencia de la capital chaqueña, y se dice que fue el entierro más concurrido en la historia de la ciudad.

"Fernando fue como un gorrión de cuatro patas, popular y amado".