Antología 2013 | Page 19

Antiguas LEYENDAS de HÉROES y PRINCESAS

De Pizzi Elsa

Versión de Tancara Montoya Mashiel

El valiente Ollanta y la dulce Cusi – Coyllur

La leyenda cuenta que el mejor guerrero de Tihuatisuyo era Ollanta.

Era fuerte como nadie, era el más fuerte y era apuesto. Tenía un casco de oro. El Inca Pachacutec le daba obsequios. Era distinguido entre otros guerreros pero todos lo admiraban por su valentía.

Ollanta conquistó regiones de la selva sólo por luchar contra los enemigos del imperio. Ollanta dominó muchos pueblos y todos no querían aceptar la autoridad de Pachacutec que se enfrentaba a Ollanta y sus hombres. Pachacutec era como un padre para Ollanta. Pero el destino quiso que se enfrentaran.

El emperador tenía muchos hijos, su preferida era Cusi – Coyllur. Su nombre era en quechua y significa “Estrella Alegre”. Creció junto a su padre y a su madre que se llama Anarhuaqui. Vivió feliz hasta que el amor llegó, ya que debió hacerla dichosa y en vez de eso la hizo desdichada.

Cusi – Coyllur y Ollanta se conocieron en la celebración del Dios Sol .Ese día todos estaban de fiesta y la princesa, más hermosa que nunca, paseaba por el templo con una túnica de fina vicuña y una mantilla adornada con plumas coloridas. Ollanta se enamoró a primera vista y Cusi – Coyllur aceptó su amor. Pero los dos sabían que ese amor los ponía en peligro. Ella era una princesa y él, a pesar de su gloria, era un plebeyo. Aquella unión no era aceptada. Era tan grande ese amor que se casaron.

Ollanta era valiente, sincero, y no soportaba ver a su esposa a escondidas. Pasando un tiempo, decidió hablar con Pachacutec, confesar su amor por Cusi – Coyllur y pedirle oficialmente el matrimonio. El mostró siempre lealtad a Pachacutec y confiaba en el cariño con el que lo trataba el Inca sería más fuerte que la diferencia de clase. Si había justicia, le daría la mano de su hija.

Pero se equivocó. Cuando Pachacutec supo que los jóvenes estaban enamorados, se enfureció con Ollanta y se olvidó de cuando Ollanta lo ayudó.

-Tu sangre no proviene de los dioses. Eres un plebeyo. Olvídate de Cusi – Coyllur, no puede ser tu esposa. Fue la respuesta del monarca.

-Ella ya es mi esposa, Pachacutec. Y no me vas a alejar de ella. Lo desafío Ollanta.

-Claro que puedo y no te pongas contra mi voluntad. Ordeno que te retires y que no intentes ver a mi hija.

Después de amenazar a Ollanta, Pachacutec ordenó que encierren a su hija en la Aclluhuasi, la Casa de las Doncellas del Sol y que persiguieran a Ollanta.