Ansuz Magazine Número 1. Octubre 2014 | Page 27

Al son que baila México Por: Marcela Zamudio Cuando pensamos en música mex­ icana, generalmente creemos que es sólo la música ‘folclórica’, y en re­ alidad la música de México abarca más, incluido el Mariachi, ese loco que siempre quiere bailar, el cual es Patrimonio Inmaterial de la Hu­ manidad según lo reconoció la UN­ ESCO el 27 de noviembre del 2011. Nuestro país ya escuchó, bailó y cantó ritmos de casi todo el mundo, mismos que influenciaron su legado musical, pero su esencia logra per­ manecer en las arterias nacionales. En México lindo y querido, previo a la llegada de los españoles, es decir, en la época prehispánica, las culturas Az­ teca, Maya, Mixteca, Zapoteca, Tolte­ ca, Otomí, Totonaca y Tarasca deja­ ron testimonio de sus cinco sonidos a lo que llamaron Música Pentáfona y existían tres géneros: Ritual, para las bodas, nacimientos, sacrificios de víctimas y funerales; la Guerre­ ra, para antes y después de las batal­ las; y la Recreativa, para bailes o mi­ totes (probablemente de aquí viene la palabra ‘mitotero’ para aquellos fiesteros) y fiestas públicas. El tiempo que estuvieron las culturas mesoamericanas bajo el yugo español, durante el siglo XVII y XVIII, recibieron educación musical de los compositores y músicos de Europa, quienes introdujeron el Canto Gregoriano. Ya entrado el siglo XIX la gente ‘bien’ bailaba valses Viene­ ses y la gente del pueblo entonaba el Son y el Jarabe. Tras la Independencia tres so­ ciedades filarmónicas aparecieron, la úl­ tima en 1866 con el nombre de Sociedad Filarmónica Mexicana, quienes fund­ aron el primer conservatorio de música. Para el siglo XX las influencias europe­ as continuaron y hubo poca produc­ ción mexicana. Compositores e intér­ pretes mexicanos del Romanticismo imitaron las formas, lo que dio paso a Valses, Danzas de salón, Gavottas, Mar­ chas, Romanzas, Fantasías y Capriccios. 27