Anexo 29 - Julio 2014 | Page 8

09 entrevista Habla Rosario Fernández, ex primera ministra “Las mujeres deben tener como objetivo destruir la corrupción” Hija de Jofré Fernández, ministro de Justicia del primer gobierno aprista, ella ocupó esa misma cartera en el 2010 y la Presidencia del Consejo de Ministros al año siguiente. El Apra había llegado por segunda vez al poder (2006-2011) y varias mujeres accedieron a altos cargos públicos, demostrando eficacia y autoridad. Aquí su experiencia de vida. Entrevista Karel Van Oordt Foto Juan Javier Cuadros Abogada y docente de la Universidad de Lima, Fernández nos recibe en su estudio de Miraflores. Varios vasos de agua aliviaban los estragos de una mañana calurosa, hasta que ella nos dio el encuentro en una sala de conferencias nutrida de libros y cuadros: En Europa y en algunos países de Latinoamérica ya existen mujeres en la presidencia. ¿Por qué no en el Perú? Creo que es un tema de decisión progresiva de la sociedad. Nuestras sociedades han restringido el acceso a las mujeres a los puestos de poder, si bien se trata de un problema que se ha ido superando. Y el Perú, aunque no lo parezca, ha tenido una posición de liderazgo en ese aspecto. Desde el siglo XX e incluso ahora, tenemos lideresas políticas muy influyentes como Nadine Heredia, quien coyunturalmente es la presidenta del Partido Nacionalista, con una presencia expectante en la política. Cuando fui titular del Ministerio de Justicia y de la Presidencia del Consejo de Ministros, había equipos muy importantes conformados por mujeres. Si bien ahora crece en la ciudadanía la idea de que las mujeres deben tener mayor acceso a los puestos de decisión política, pienso que ello debe ser consecuencia de la capacidad y no de la ‘preferencia’. No debería pensarse que una mujer buscará tener siempre a otra chica en su equipo: podría elegir a un hombre, sin duda. Repito: es un tema de capacidades, no de género. La idea es que de a pocos podamos persuadir a la población de que las mujeres poseemos una capacidad intelectual, ejecutiva y de g