andar por ahí | martin patricio barrios ago. 2012 | Page 77

Escuchaba a Carolin Widmann, unas sonatas para violín de Schumann, escuchaba a Schumann como podría haber escuchado cualquier otra cosa, mientras esperaba que mi sombra no me siga más sobre las hebras de mijo reseco. Yo miraba al mijo y pensaba en la monstruosidad de la resaca de bière de mil que impunemente había tomado de la calabaza con ese loquito mossi que se metía la gorra hasta los ojos y no paraba de hablar y de decirme hermano. Nos emborrachamos como mulas a la sombra con esa cerveza caliente que él tomaba haciendo ruido a chico que toma la sopa, cuando chupaba, las marcas de la cara le dibujaban un gesto que yo no sabía si me daba risa o miedo. Escuchaba a Schumann haciendo crujir las cañas del mijo sobre el país dogón, en tierras de hombrecitos pequeños que corrieron desde la falaise, ese escalón que tiene el mundo, hasta Camerún y la Zambia, cuando los hombres grandes que adoraban la luna de Sirio los bajaron de las fallas, de su W