andar por ahí | martin patricio barrios ago. 2012 | Page 66

A veces creo que soy incapaz de poder ponerme las zapatillas, que no voy a lograr hacer el nudo de los cordones. A veces me fastidio con los desencuentros y con los encuentros, con los destiempos y los desenfoques. Hace 13 años compraba flores blancas. Pudiera ser que te hubiera dado hasta mi andar solo por ahí. Una vez me preguntaron cuál era mi mascota favorita y yo contesté: una sombra larga, larga. Te hubiera dado mi sombra también. Yo soy un sobreviviente. Hay sobrevivientes de dos tipos: los que se escapan de todo porque creen que con eso se cuidan y los que se enfrentan a todo, aunque estén muertos de miedo porque con eso se cuidan. Pero si despué s de todo, después de tanta mierda, te veo y me pongo tartamudo y me duele acá y me sale otra voz que no es la mía y me dejo vencer por dos ojos como océanos y achico mis ojos para que no haya tiempo ni nada más que verte los ojos, nada más que verte los ojos, nada más que verte los ojos porque eso es parecido a estar en paz, será necesario un milagro que me ayude con eso pero, ¿qué importa? Eso, pibita, es no haber perdido. Eso es el alma gritando como descosida: acá no se rinde nadie, ¡carajo! No va a alcanzar tampoco con que me despedacen, borren las toneladas de palabras que dije, barran los pisos que pisé, los aires que volé, que borren los dibujos que dibujé, ni nada, porque por más que de mí quede nada, mi corazón de amar va a estar ahí, simplemente amando. Algunas veces me distraigo y me olvido. Algunas personas, por ejemplo vos, me hacen acordar. Habrá quienes crean que es nada más que un juego porque Martinito juega con todo lo que hay en la vida. Habrá quienes crean que es nada más que porque es imposible y en la tradición del señor Barrios lo imposible figura primero. Y un fondo de verdad habrá, aunque lo más cierto es que preferiría para siempre los violines al amanecer. Gaoua, Burkina Faso, 2008.