andar por ahí | martin patricio barrios ago. 2012 | Page 32

Para no decir nada, mejor lo digo. El cielo se viene abajo de nubes gordas traedoras de calores espantosos y los mosquitos traen malarias de todo tipo. Y nada de viento. Ya sé que es escupir al cielo. Escupimos al cielo porque no hay nada más abajo de nuestros pies. No hay nada más abajo de nuestros pies y no hay nada más fácil de cambiar que el pasado, pero ¿y si esta vez lo dejamos así como está, así como fue? Horrible como fue... ya sé. De alguna forma, yo estaba ahí, estuve en tantos ahí. Aunque ahora esté acá y en cualquier momento se va a largar a llover y el mar se va a agitar un poco y los peces se van a quedar quietos, esperando que pase la lluvia y la espuma va a brillar como noctilucas, eso lo sé, tal vez porque no como pescado y miro el mar y me asombran los marinos, las arrugas en las caras de los marinos, las manos de los marinos acostumbrados a rezar, a caminar en abismos de mil metros de agua. Hagamos de cuenta que es verdad que pasó lo que pasó. Ahora empezó a llover. Tampoco la lluvia va a lavar nada.