American School of Asuncion Travesía 2017 - versión final | Page 15
españoles para que le dieran una oportunidad, con todos
los insumos, y así demostrar que su teoría era cierta. El al-
mirante necesitaba tres barcos, 90 marineros contratados
del puerto de Palos, y dos pilotos de mar que posterior-
mente Colón contrató para comandar las otras dos naves
de la expedición, los hermanos Martín Alonso y Vicente
Yáñez Pinzón. Y al final, los reyes terminaron de su lado, y
pudieron obtener todo lo requerido”.
Entonces, el 3 de agosto, Colón me llama antes de
partir, me dice con su acento genovés: “venga Rodrigo
de Triana, que partiremos enseguida, la buena fortuna me
dice que haremos historia y usted será nuestro vigía en el
mástil mayor.”
Ese mismo día partimos del Puerto de Palos con mente
positiva.
Sabíamos que sería uno de los viajes más largos y pe-
ligrosos que haríamos, sin embargo, también estábamos
seguros que valía la pena hacerlo. Ya en alta mar, pasa-
ban días y días, sin ver nada, solo el aburrido paisaje de
un océano sin fin. Hasta que un día, cuando ya toda la
tripulación estaba molesta, desafiante y a punto de insu-
bordinarse en un motín, Cristóbal Colón nos dijo: “Si no
llegamos, o localizamos tierra dentro de un día, me podrán
tirar por la borda.”
Así fue que finalmente, el 12 de octubre del año 1492,
cerca de las dos de la mañana, en medio de la bruma, vi
algo… Al principio, no sabía con exactitud de lo que se
trataba, pero mi intuición me decía que sería lo esperado.
“TIERRA, TIERRA!!!” grité con toda la fuerza de mis pul-
mones, y de pronto todos se despertaron y empezaron a
festejar, jamás en mi vida sentí semejante emoción.
Recuerdo que de América llevamos la patata, el to-
mate, la calabaza, el cacao, la vainilla, los ajíes, la hoja de
coca, el tabaco, plata, goma, y látex. También llevamos al-
gunos indios como esclavos. La experiencia fue una de las
más intensas e impactantes de mi vida, y me afectó tan
profundamente que después de aquel viaje me dirigí al
África y me convertí en musulmán”.
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