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14 ARMANDO SÁNCHEZ ALBARRÁN l ESTELA MARTÍNEZ BORREGO Introducción Mildred Nohemí Córdova Buenfil, refiere en su capítulo: La denominación de origen de la Miel de Yucatán como detonadora del desarrollo regional, la importancia de la península de Yucatán como la principal exportadora de miel para el mercado europeo y norteamericano. A diferencia del resto del país, en donde no existe una protección especial para la identidad de origen de la miel, en la península, en las entidades que la conforman: Yucatán, Quintana Roo y Campeche, se han realizado esfuerzos importantes ante las instituciones nacionales e internacionales para diferenciar y valorizar la miel, de acuerdo a sus propiedades organolépticas, y de esta manera, obtener los sellos por el uso de Indicaciones Geográficas (IG) y la Denominación de Origen (DO) que tienen una función de identificación. Con ello, además, se pretende proteger los conocimientos y saberes locales, métodos de trabajo, el saber hacer de generaciones de una determinada región. De esa forma, la miel de la península se distingue por su aroma y sabor, así como por las diferentes especies vegetales nectaríferas que distinguen a la miel de la península de Yucatán con respecto a otras mieles con DO. La autora sugiere la necesidad de recibir más apoyo institucional para reforzar la profesionalización de los productores para poder cumplir con los compromisos internacionales del comercio de la miel. En el mismo sentido, José Apolinar Zapata Aguilar en su artículo La gobernanza en la cadena de la denominación de origen del chile habanero de la península de Yucatán, da cuenta de las dificultades de los pequeños productores de Quintana Roo, Campeche y Yucatán para beneficiarse en la cadena productiva del chile habanero. Sin embargo, pese a haber obtenido en años recientes la Denominación de Origen (DO) para dicho producto, ésta no ha derivado en los beneficios que se esperaban para todos los actores participantes. En su análisis sobre la gobernanza queda claro que quienes más se benefician son los intermediarios y los empresarios. Entre las razones del poco éxito para los pequeños productores, enumera las siguientes: la cadena de comercialización del chile habanero no se encuentra comunicada entre sí por la falta de un líder visible entre los actores que participan en toda la cadena productiva; los más de mil quinientos productores se encuentran dispersos; los pequeños productores privados realizan una producción controlada y sus cosechas se dirigen hacia el mercado nacional e internacional; los intermediarios logran imponer el precio de compra; los comercializadores colocan el producto con intermediarios internacionales. A pesar de eso, el autor observa que los productores se adaptan a los cambios de precio. Sin embargo, sugiere que lo que los pequeños productores requieren es una mejor organización que pudiera derivarse en la conformación de un Consejo Regulador de carácter peninsular,