AMER Mexico Rural Tomo VI AMER Mexico Rural Tomo VI | Page 19

12 ARMANDO SÁNCHEZ ALBARRÁN l ESTELA MARTÍNEZ BORREGO Introducción Comercio (OMC). La Denominación de Origen reconoce el “potencial” de estos “alimentos con historia” tanto en el mercado nacional como internacional (Riveros, et al., 2008). Otro signo distintivo dentro del comercio internacional, y que identifica a un producto como originario de un país, región o localidad es la denominada Indicación Geográfica (IG), y se da cuando la calidad, reputación u otra característica del mismo sea intrínseca básicamente a su origen geográfico. Al igual que la DO, que es un tipo especial de IG, sirve para la identificación de los productos a partir del lugar en dónde es producido, aunque no hace tanto énfasis como aquélla en los factores naturales y humanos (Riveros, et al., 2008). Por su parte, existe también otro instrumento que sirve como signo distintivo en las relaciones comerciales globales y es la denominada Marca Colectiva (MC), la cual es distinta a las marcas comerciales como tales, ya que, aunque cumple las mismas funciones de propiedad y patente, es un signo que, en el caso de la agricultura, distingue la procedencia, el producto, la forma en que fue producido, amén de otras características comunes y que tiene como elemento distintivo el que es producido por un grupo, asociación u organización de productores. De ésta manera, permite diferenciar en el mercado los productos de aquellos producidos por otros productores que no son miembros del grupo o sociedad que funge como titular de la MC. En síntesis, el Comercio Justo, la Denominación de Origen, la Indicación Geográfica y la Marca Colectiva constituyen alternativas económicas para los pequeños productores. De acuerdo con un informe de la ONU en materia de alimentos, más de 500 millones de explotaciones familiares producen la mayor parte de los alimentos del mundo. Se reconoce, además, que las pequeñas explotaciones garantizan la seguridad alimentaria, y al mismo tiempo, cuidan el entorno material y constituyen una respuesta a la pobreza, ya que generan trabajo y alimentos a bajo costo. Sin embargo, acceder al mercado internacional de alimentos es una empresa cada día más compleja para los pequeños productores como se verá en los estudios de caso aquí presentados (FAO, 2013). En este trabajo se muestran seis estudios de caso que exponen experiencias de organización de los pequeños productores para acceder, desde sus regiones productivas, al mercado global. Se muestran los principales obstáculos administrativos, organizativos y comerciales. Así mismo, se ilustra la manera en que, en cada situación, se sale adelante en un mercado mundial cada día más exigente.