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Una noche en la opera

Pronto llegó a ese Milan que Berlusconi quería llevar al pedestal. Y allí construyó un equipo que asombró a todos. Por idea, por resultados, por impronta. Fue una escuela. Entre otros, Marcelo Bielsa y Francisco Maturana se manifestaron amigos de algunos de sus modos y de sus métodos. En 1987 firmó un contrato con el club. En su primera temporada se proclamó campeón de la Serie A y obtuvo la Supercopa. En los dos años siguientes ganó seis títulos internacionales: dos Copas de Campeones (la actual Championes League), dos Supercopas de Europa y dos Intercontinentales. Con sus logros, demostró que se podía ganar sin necesidad de apostar irrestrictamente al catenaccio. Sacchi generó un cambio de paradigma en el calcio.

Ese Milan nació de un hombre obsesivo, metódico, intenso. Lo contó alguna vez el periodista Santiago Segurola, quien mucho conocía de Arrigo Sacchi: "Su obsesión le ocupaba todos los minutos del día. Un día se acercó a Van Basten mientras el jugador almorzaba. Quería precisar un detalle del juego, un problema menor que a Sacchi le parecía inaplazable. Van Basten no aguantó más. Se giró y miró a Sacchi. 'Mientras como, no', contestó". Ese hombre ofrecía cada rincón de su vida para que el equipo jugara mejor. Para hacer historia.

El periodista de Clarín, Adrián Maladesky cuenta otro detalle afín a ese modo de entender el fútbol. Se lo cruzó al entrenador en la Copa América de Ecuador 1993, justo un año antes de que Sacchi llevara a Italia a la final de la Copa del Mundo, en los Estados Unidos. Dialogó con él. Se llevó la impresión de casi todos ante el hombre al que ya no le quedaba pelo: "Un señor del fútbol, un buscador. Amable y dispuesto a explicar su idea. Todo el tiempo". Sacchi estaba ahí para ver eventuales rivales. Y para seguir aprendiendo, como siempre.

Cuando le iba mal, cuando perdía, los medios lo cuestionaban con un detalle: sostenían que el método ahogaba a las individualidades. El respondía casi siempre lo mismo: "Si un sistema crea problemas a un jugador, no es un buen sistema". Creía en su sistema, claro. Pero no era -ni es- un fundamentalista. El rigor no siempre está abrazado a la desmesura, decía con otras palabras en italiano, cuando lo consultaba La Gazzetta dello Sport u otro diario italiano.

Consiguió algo inmenso con aquel Milan: marcó una época. Como el Real Madrid de Don Alfredo, como el Ajax de Cruyff, aquella Squadra Rossonera fue de él. Aunque jugaban cracks universales (como los italianos Franco Baresi, Paolo Maldini y Carlo Ancelotti o como los holandeses Frank Rijkaard, Ruud Gullit y Marco Van Basten), aquellos días y la historia lo reconocen a Arrigo -alguna vez hijo y ayudante de zapatero, en tiempos de jugador amateur- como el padre de esa preciosa criatura. De esos días en los que el fútbol era rojo y negro.

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Inter Milán vs A.C Milan es el primer capítulo de el documental de la BBC, "A night in the opera" , dirigido por David Goldblatt quien aprovecha la euforia causada por la copa del mundo del 2010, para acercarse a los hinchas de varios equipos locales en Egipto, Ghana, Italia y Reino Unido con el fin de conocer un poco sobre las pasiones de los fanáticos de estos países.

El documental aborda la relación entre el Inter de Milán y el A.C Milan; cómo el primero vivió a la sombra del éxito internacional del segundo hasta que estalló el escándalo del Calciopoli en 2006, que cambió para siempre la manera en la que se relacionarían los equipos italianos.

También refleja el ambiente de fiesta y emoción que se vive cuando se juega el derbi de la ciudad de Milán, donde el Inter ha sido tradicionalmente el club de los intelectuales y los artistas mientras que el A.C Milan es apoyado por la clase obrera y trabajadora. Este juego se configura como espectáculo futbolístico que reune a toda la ciudad.