El Llanto de una Huérfana
Unos días atrás, una
señora en sus sesentas
con un cuerpo muy
pequeño vino a mi oficina
y bañada en lágrimas me
dijo: me quede huérfana
después de la guerra de
Corea. No puedo recordar
mucho porque era muy
pequeña. Cuando miraba
tantos niños admitidos
en el orfanatorio porque
vagaban en las calles sin
padres yo asumí que yo
era una de ellos. La vida
en el orfanatorio era dura
y solitaria pasaba mucha
hambre.
Nunca tuve una buena
comida que satisficiera
mi apetito. Además, había
mucho trabajo que hacer
como limpiar, lavar ropa
y trabajo en el campo.
Mi deseo era comer lo
suficiente, dormir hasta
tarde y tener un día libre.
Mientras reflexionaba en su vida pasada, corría
un rio de lágrimas hasta que finalmente dejó ir ese
sufrimiento. Continuo diciendo “Cuando mandamos
fotos a los Estados Unidos de América ellos
mandaron muchos recursos. Sin embargo solo los
hijos del director del orfanato asistían a escuelas de
prestigió, vivían en una casa lujosa pero nada de esta
ayuda llegaba al orfanatorio.”
“Me preguntaba que pasaba con toda esta ayuda, y
más tarde me di cuenta que el director había vendido
todos los materiales y usaba el dinero solo para su
familia. ¿Sin embargo si no hubiese vivido en este
orfanatorio en ese tiempo, podría estar aquí ahora?”
Ella tenía una sonrisa de amargura cuando compartía
esta historia con nosotros.
Nuestro Centro Misionero estaba enfrentando
algunas situaciones mientras buscábamos la guía
del Espíritu Santo en cuanto a decidir la ayuda a un
orfanatorio. Especialmente cuando escuchábamos
tantas veces historias negativas de los orfanatorios
en Corea que estaban establecidos por los Unidos
de América después de la guerra de Corea. Algunas
Una Huérfana de Corea del Sur
veces pedimos reportes
completos y detallados
e incluso una persona
designada confirmaba la
información. También
hacíamos preguntas a los
niños del orfanatorios.
Pero un día el Señor nos
trajo a una realidad: que el
cuidado de los huérfanos
no era el trabajo del
Centro de Misiones sino
que era el trabajo de Dios.
“Padre de huérfanos y
defensor de viudas es Dios
en su santa morada.
Dios hace habitar
en familia a los
desamparados;
Saca a los cautivos a
prosperidad;
Más los rebeldes habitan
en tierra seca.”
Salmos 68: 5-6
Dios nos ha hecho
entender que todos
incluso nuestro Centro de Misiones, el Director
y los empleados del orfanatorio, así como los
patrocinadores que están dando con un corazón
de misericordia están siendo socios del trabajo
de nuestro padre Dios. Desde entonces, nuestro
enfoque ha sido construir un altar de oración.
“¡Dejemos que nuestro corazones sean como el
corazón de Dios hacia estos huérfanos que Dios está
cuidando en todo tiempo!”
“Es solo por la misericordia de Dios que puedo estar
en este lugar.”
Así como la confesión de esta señora, nuestro Dios
está buscando incansablemente a los huérfanos
físicos y espirituales.
¿Le gustaría ser parte
y socio de la fidelidad y
amor de Dios?
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