2 Generaciones Número 5 | Page 24

Tania Fragoso - Danza Azteca

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México es un país rebosante de vida, folclore, colores y belleza; distintos elementos que se han unido para conformar la cultura de nuestro pueblo, y es que a cualquier parte que miremos podemos disfrutar de las distintas expresiones artísticas, basta observar la arquitectura, escultura y pintura que encontramos en algunas calles o pueblos de México.

Sin embargo, particularmente la danza, como parte de la basta expresión cultural y artística de México, siempre ha llamado mi atención, ese reconocimiento de la destreza con la que el cuerpo humano ejecuta cada movimiento con sutileza y determinismo, origina en mí una experiencia visual impresionante. Aunado a lo anterior, saber que en las culturas prehispánicas la danza era considerada como un medio de acercamiento a los Dioses para solicitar protección o simplemente para buscar el agrado de éstos; me llena de orgullo al sentirme descendiente de esa civilización.

Es por lo anterior, que deseo compartir con ustedes un pensamiento que nació una tarde en el centro de Tepotzotlán, cuando un grupo de danzantes ejecutaban la denominada “Danza Azteca”.

Bum, bum,

latidos del corazón

se calienta la sangre,

alegría y ficción,

los cuerpos en movimiento,

llamando a su Dios.

Frenesí sin miramiento,

ritual de expiación,

corriendo, girando,

brincando, alcanzando;

cuerpos en sudor.

Cascabeleo al unisón

caderas en ficción;

vamos al incendio

a entregarnos al fervor.

Nada más existe,

ni la luna, ni el sol.

Somos uno mismo

tras el eco del tambor.