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La limpieza adecuada y la hidratación con cremas humectantes y nutritivas, según cada tipo de piel es la solución:

Vitaminas A, E o C: actúan como antioxidantes al estimular la funcionalidad de las células y mejorar la calidad de la piel, regenerándola.

Colágeno y elastina: mejoran la turgencia y la elasticidad de la piel.

Vaselina y lípidos: protegen a la piel de la evaporación del agua al formar una barrera protectora que evita la pérdida de los factores humectantes naturales.

Principios activos derivados del Aloe Vera: son descongestivos y disminuyen los signos de la piel enrojecida.

Caléndula y mentol: aportan una sensación de frescura.

El sol siempre esta durante todo el año, es recomendable diariamente usar cremas hidratantes que contengan filtros solares para las zonas foto-expuestas, como la piel del rostro. Los rayos UVA tienen incidencia constante hasta en invierno, son los más dañinos y tienen un efecto acumulativo. Por otro lado, los rayos UVB están presentes pero con menor incidencia que en el verano. Por eso, los factores de protección deben ser como mínimo de FPS 15, ya que ayudan a prevenir la foto-envejecimiento de la piel y la presencia de lesiones pre-malignas.

Una piel cuidada e hidratada de cualquier edad siempre se verá mucho más bonita que una deshidratada y sin ningún cuidado, con tres o cuatro productos es suficiente

Cuidado de la piel