Usa un buen sostén. No dejes que tus senos cuelguen sueltos, incluso cuando estás durmiendo. El peso en el tejido hace que se estiren y se hundan. Presta especial atención cuando hagas ejercicios de salto o corras en los que los pechos puedan rebotar o sacudirse. Asegúrate de que el sujetador tenga el apoyo suficiente para mantener los senos en su lugar para evitar el estiramiento del tejido mamario.