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En adición, el historiador Richard Stites con PhD en historia en Harvard y actual profesor de historia Rusa en Princeton, nos proporciona otra visión más profunda acerca de lo que fue la revolución rusa. Richard dice que: “[una] revolución social clásica; un proceso, no un suceso, un fenómeno que no puede ser activado, desatado o puesto en marcha por un mero recambio de poder que se confina al centro y confina sus esfuerzos a decretos y leyes que enuncian los principios de la igualdad. Una verdadera revolución social en una sociedad subdesarrollada no termina con el traspaso de la propiedad como tampoco con el traspaso de las carteras de gobierno; es el resultado de una movilización social. Puesto en términos llanos, significa organismos que surgen del pueblo con planes bien trazados, con capacidades y con euforia revolucionaria; significa enseñar, impulsar, aguijonear, halagar al obstinado, al ignorante, al atrasado, por medio del componente supremo de toda propaganda radical: el mensaje y la convicción de que la revolución es relevante para la vida cotidiana.”

Esta es una visión que nos es de gran valor debido a que plantea claramente de qué maneras una revolución social como la revolución rusa son un proceso que sucede a pura necesidad de la sociedad, para poder llegar a cambios y evoluciones que beneficien el día a día del pueblo. Él opina que la revolución no es un mero suceso en el que se determinan cambios de manera abrupta.

Similarmente en Alemania, incluso antes de que la guerra terminara el 11 de Noviembre de 1918, la revolución había estallado contra el antiguo régimen. Para Noviembre 9 de 1918 el kaiser abdicó su trono y el día siguiente, el líder socialista Friedrich Ebert se convirtió en el nuevo líder de la república de Alemania. ¡Ambos países no eran tan diferentes!

¿SABIAS QUE?...